Estrés Oxidativo y Obesidad.

El estrés oxidativo juega un papel patológico trascendente en el desarrollo de varias enfermedades, incluyendo la diabetes, la aterosclerosis, o el cáncer. El estrés oxidativo sistémico resulta de un desequilibrio entre la producción de derivados oxidantes y las defensas antioxidantes. Las especies reactivas del oxígeno (ROS) se consideran generalmente perjudiciales para la salud. Sin embargo, las evidencias confirman, que los ROS, también pueden actuar como segundos mensajeros en las respuestas de adaptación al estrés. La obesidad representa un factor de riesgo para patologías asociadas, como la diabetes tipo 2, la esteatosis hepática y la enfermedad arterial coronaria. Muchas evidencias en los últimos años vinculan al estrés oxidativo con la obesidad, sobre la base de correlaciones significativas entre biomarcadores o productos finales del estrés oxidativo mediado por radicales libres, con el índice de masa corporal. La hipótesis de que el estrés oxidativo juega un papel importante en el desarrollo de trastornos metabólicos, especialmente el estado de resistencia a la insulina, se apoya en varios estudios en los cuales, los tratamientos de reducción de la producción de ROS revierten las alteraciones metabólicas, en particular mediante la mejora de la sensibilidad a la insulina, hiperlipidemia, o la esteatosis hepática. En esta revisión, vamos a desarrollar los vínculos entre el estrés oxidativo generado por el tejido adiposo en el contexto de la obesidad y su impacto en el desarrollo de las complicaciones metabólicas. También vamos a tratar de discutir posibles estrategias terapéuticas dirigidas al estrés oxidativo inducido por la obesidad con el fin de prevenir las complicaciones metabólicas asociadas.