La Obesidad Asociada con el Estrés Oxidativo

La obesidad es un factor de riesgo importante para un gran número de enfermedades graves, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, y el cáncer. Por ello, la obesidad implica un aumento del riesgo de mortalidad. Las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la obesidad, deterioran también la calidad de vida de los pacientes debido a las condiciones asociadas, incluyendo la apnea del sueño, los problemas respiratorios, la osteoartritis y la infertilidad. La evidencia reciente sugiere que el estrés oxidativo puede ser el vínculo entre la obesidad y las enfermedades relacionadas. En pacientes obesos, las defensas antioxidantes son menores en comparación a personas de peso normal y sus niveles se correlacionan inversamente con la adiposidad central; La obesidad también se caracteriza por un aumento de los niveles de radicales libres (especies reactivas de oxígeno o nitrógeno). La insuficiencia de las defensas antioxidantes probablemente depende de 2 factores a) baja ingesta dietética de antioxidantes o b) alto consumo metabólico de antioxidantes: En el primer caso las personas obesas pueden tener una menor ingesta de alimentos ricos en antioxidantes y fitoquímicos, tales como frutas, verduras y legumbres; Y en el segundo caso, aunque los pacientes obesos tengan un consumo de micronutrientes y antioxidantes normal, también tendrán estrés oxidativo, porque presentan un incremento en el consumo metabólico de estas moléculas, ya que presentan una mayor producción de radicales libres como ocurre en pacientes diabéticos y fumadores. También la actividad física inadecuada puede dar cuenta de un estado antioxidante disminuido. En esta revisión se describen los conceptos actuales en el sentido de la obesidad como un estado de estrés oxidativo crónico y las posibles intervenciones para mejorar el equilibrio redox.